Ilusos somos los viajeros, ciegos más allá del hambre de ser narrados.
Que viva lo posible, cantera interminable de nuestra insignificancia.
Sueño con partir un día,
como las chachas: “sin avisar”.
Irme de aquí, que es ninguna parte , al ninguna parte de cualquier otro aquí.
Regresar aquí a donde me invente, en la palabra escrita.
Sólo para recordar que me tengo que olvidar en el segundo que me invento.
lunes, junio 07, 2004
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