lunes, junio 07, 2004

Ilusos somos los viajeros, ciegos más allá del hambre de ser narrados.

Que viva lo posible, cantera interminable de nuestra insignificancia.
Sueño con partir un día,
como las chachas: “sin avisar”.
Irme de aquí, que es ninguna parte , al ninguna parte de cualquier otro aquí.

Regresar aquí a donde me invente, en la palabra escrita.
Sólo para recordar que me tengo que olvidar en el segundo que me invento.

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