Un teclado parece grande después de la media noche,
el tiempo se ha abalanzado sobre el polvo
y los ojos prefieren verse
ladrándole
un instante a la luna –como perro de plástico salido de un tiempo nuevo (él de si mismo) –
olvidada en un aire tranquilo apaciguado por el foco amarillento
y el polvo acumulado en las orejas
como si el nombre dependiera del tiempo;
la palabra prestada:
ando ladrando
su intensidad sonora.
¿entonante? Entónate.
¿pregúntale a la fuerza del sonido del significado?
S-i-g-n-i-f-i-c-a-d-o.
Distendido en sus letras abriéndose al infinito. Que no hay nada,
pero sólo porque esta lleno.
Y leerse a uno mismo.
Narciso te inventas,
Nunca supiste tu nombre,
no te revisaste,
temiendo cortarte en el presente del futuro que re-inventas reeditando.
Pasado huidizo, ¿cómo evitar buscarte?
Pasado falso cambiado al futuro extendido del presente olvidado.
Autocomplacido en sonidos regresas, reedición de lo nunca existente, la pantalla de colores y la edición instantánea.
El hombre y el infinito de sí mismo, perdido siempre en la transformación del espacio, entre utilidad y peligro se esconden palabras olvidadas por la tecnología.
Su mentira progesista, su adaptación inadaptada en la invención de salvación, de infinitud en las formas, justo lo que muere.
El ritmo, los tiempos.
Lo eterno sin forma.
Decir sin prisa, como en la conciencia muda, el pan de cada no-día.
La libertad del tiempo, y esfera inmunizadas
frente entrañas morales o mordidas de fertilidad.
Apago la luz. No hay porque no sucumbir al espacio.
Apagado el foco de la habitación
la pantalla brilla
pero es difícil ver las letras
ciego el escritor ciego el escritor le duele el cuello ciego
(el sentimiento es instransferible),
busca a tientas sus clases de mecanografía de la secundaria
inventa tiempos aparatos el foco de la calle no llega
¿el espacio es del estado?
alinearse o reconocer. Al perro se lo olvidó ladrarle a la luna
Aquí entra la voluntubertad del individuo.
La luz fue prendida en una re-edición.
Recreación lenguajeando diciendote que te entrego al tiempo
porque en ti se esconde la llave del flujo jovial e instantáneo que se crea en el correteo del saberse.
Buscas regocijar tu experiencia viendote más allá de ti mismo y dices que es conciencia.
Infinito en todos lados. Lléveselo de regalo.
Aires para respirar, andanzas claras con palabras vagas
Errantes antes de ser palabras.
Experiencia maleables imagines desinfladas, globos conceptos,
Entrando por una puerta a la derecha los inocentes no sienten.
Siéntese y escuche la raqueta que no suena que dice.
Por favor
Escúchela sonar.
Habla está viva. Cuidado
Trate con cuidado sus jarrones y no coma recomendaciones necias en los hechos.
Encuentralo infinito y ahora si trata de inventarte.
¿A ver esta vez cómo acabas? ¿Comerse a uno mismo?
El instante de quiebre; el aire que respiras.
martes, noviembre 23, 2004
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario