lunes, agosto 14, 2006
Declarar a los sujetos poéticos y talvez hasta los personajes de los cuentos y las novelas como ficcionarios es un desliz en nuestra compresión de nosotros mismos, sólo otra manera de desligarnos de nuestras responsabilidades para con la obra, nuestra obra. Los personajes de la literatura llegan a ser tan reales como las fugaces imágenes de los vivos recortadas entre palabras vagas. Además la única forma en que podemos acercarnos a la literatura es de esta forma: creyendo que es real.
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