miércoles, febrero 28, 2007

Leído en la presentación de Lenguaraz, en presencia de alumnos del poli del pony, en el pasagüero.

Si viene al caso

Sólo la verdadera música si acaso puede armonizarnos
si acaso liberarnos
si acaso acompañarnos.

O un trance de la memoria
si acaso como un disco para quemar ese polvo que somos,
si acaso como una revista en un canto de roca a través de los días.

Si acaso los niños perezosos aun duermen en el camión de la escuela,
si acaso aún no despiertan,
entonces
sólo
solos
si acaso:
los pájaros ahuyentan a nuestros muertos.

Si acaso esta eternidad clavada
en ritmos de corazón
se olvidara,
si acaso se olvidara de las esquinas,
si acaso ya no pudiéramos dar la vuelta
en esa curva
tan pronunciada
es esa vuelta de si acaso tan débil
de asco
de asco de si acaso
de sea caso de asco de promesa,
esta gran música que va expirando sus tonos
entre sus yo-es absolutos
absueltos
(con abuelos abejorros)
solo
y talvez
si acaso
la noche se vuelve esa gran luz de poste largo e innombrable
que entra por la ventana
y no nos ciega más en la noche.

Entonces si acaso aún esta el que duerme en las mañanas,
cualquier vampiro seguro de su infancia,

abogado tuerto

como cualquier cabeza hermética entre múltiples poderes

que así
si acaso
se fuga entre las sondas del dolor
-entre las ondas va desapareciendo-
con las rocas en la espalda
de Nada culpable
Todo arrepentido.

Puede ser,
es
Sin duda
un sí de magnitudes descompuestas
un no-he-nacido en el próximo ritmo que saluda a la salud
como el paso erguido de algún árbol:
canto rebote (rebota en nosotros)

Escuchas esa locura tan suave
que en desalientos respira
esos huecos infinitos para tanta y tanta neurosis
ilusión de alegría
simple contacto.
De puede ser.
De es.
Un rush volteado.
Escucharnos la muerte propia
Del ego.
El momento en que va bajando
en puro amor
la voz.

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