jueves, junio 07, 2007

Aforolocos sueltos

La mecedora, escucha de los muertos, es nuestra guía en el viaje órfico de la movilidad inmóvil.

La música, sin instrumentos; desde el puro silencio, no se escucha por la sinergia desperdiga de los ángeles con los que no mantenemos acordes.

Tener la certeza de inspirar a otros es la virtud de respirar y sentir el mismo aire divino.

Cuando el monologo interior se convierte en un dialogo delirante, en una esquizofrenia de causas iguales, escribir resulta como jugar nintendo.

La duda constante sobre la telepatía reside en los ciclos del pensamiento que imposibilitan los puros enunciados concretos, los diálogos discursivos infinitos con sentido finito y los cantos perennes.

En el momento de la muerte escucharemos lo que hemos logrado con nuestra sangre.

Ser consciente de uno mismo es la manera más pura de trasgredirse no-siendo. La búsqueda es la conciencia de uno mismo (la conciencia de la conciencia). Estado divino donde se mantienen juntas la creación y la disolución (el sujeto y el predicado).Esta búsqueda implica otra búsqueda de mayor libertad. Mayor libertad en cada creación para a su vez mayor mantenimiento (este mantenimiento como otro estado y como otra búsqueda) y mayor mayor conciencia de uno mismo. Esta mayor mayor conciencia y más más estado(s) compuestos necesitan transgredir sus formas (repito: la más pura transgresión es la pura conciencia siendo el estado más vacuo) en su creación, en su mantenimiento, en su disolución. Y así adquirir mayor más mayor más libertad conciencia estados y finalmente más búsqueda más serse para más no serse.

Si el trueno no retumba en uno mismo es la premonición del fracaso.

Que la lluvia suene como aplausos es el premio de escribir para los propios dioses.

Dedicar predicados es caducar sujetos.

Es al servir donde los hombres enfrentan sus propios valores.

Si lo que escribes son acertijos no corres el peligro de tener que explicarte.

Los únicos escritores jóvenes, sin importar la edad, son los que siguen masticando la pluma y no escriben sus ideas.

Cuídate de tus agujetas; demuestran los moñitos que le has puesto a tu camino.

Combatir las mentiras de los hombres silenciando sus palabras, viendo sus manos y su manera de andar.

“Al haber sido nunca dejarás de ser” No sé de quien es esa cita, la recordé del libro de Steiner que leía en la tarde..

Si no lo puedes describir con palabras no has entendido nada. No lo podrías ver: si acaso entiende que lo puedes cantar.

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