lunes, octubre 17, 2022

 

Principales críticas a la psiquiatría[editar]

Básicamente se cuestiona que la psiquiatría aplique herramientas y conceptos médicos de manera impropia, «medicalizando» problemas que son de índole social; que trate a los pacientes contra su voluntad, de manera demasiado directiva y dominante, tanto en comparación con otras áreas de la medicina, como con los enfoques psicoterapéuticos; que esté comprometida por nexos económicos con las compañías farmacéuticas; y que utilice catálogos o sistemas de categorías diagnósticas que estigmatizan a las personas, entre ellos el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM), y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE). Estas «etiquetas» diagnósticas son rechazadas no solo por muchos pacientes, que las ven lesivas para la autoestima e identidad, sino también por profesionales del área de la salud mental, aunque no todos ellos adhieran necesariamente a la antipsiquiatría.

El enfoque cuestiona fuertemente los términos como «enfermedad mental», «trastorno psicológico», «psicosis» o «esquizofrenia», debido a que, según se plantea, catalogan y encasillan a las personas en el diagnóstico que se les asignó con tal convicción y autoridad profesional que, como consecuencia, los diagnosticados tenderían a comportarse de acuerdo a esa descripción.5​En casos extremos se llega a negar la existencia de enfermedades mentales.6

Para la psiquiatría, muchas enfermedades mentales, como la esquizofrenia, son incurables y solo se pueden controlar, aliviando algunos de sus síntomas, mediante la administración de medicamentos. Por el contrario, la antipsiquiatría critica radicalmente el concepto de «enfermedad mental» y sí aspira a conseguir la mejoría o «sanación» (en el sentido de una liberación de los síntomas y manifestaciones que bajo este concepto describe la semiología psiquiátrica). Para ello, propone alternativamente una forma de terapia radical, de carácter psicosocial. En la propuesta de Laing, por ejemplo, residentes y psiquiatras convivían en una misma casa y lejos la labor de los profesionales consistía simplemente en ayudar a atravesar por los períodos de largas regresiones que caracterizan a los pacientes etiquetados como «esquizofrénicos» y superarlos.7

Yo actuó, entonces tu interpretas, entonces yo represento, entonces tu representas, entonces yo interpetreto, entonces  tu actuas, entonces yo represento.

El problema es la etiqueta que pesa, pero de alguna manera nos tenemos que conocer.

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