Iba manejando en periférico cuando un bochito naranja que iba adelante de mí se embarró. Chocó contra la barda, dio un giro, se fue contra el otro extremo y acabo madreadísimo en el carril de alta.
Veníamos tres coches atrás. Yo venía en el mismo carril, por suerte (ya sea mala o buena) no traía mucha prisa y mantenía buena distancia del bocho. Los tres coches dimos un frenon y no hubo carambola.
Yo quede estático justo atrás del coche accidentado. Un vehículo azul en el carril de en medio se detuvo y bajo su ventana y desde ahí le preguntaba al accidentado si estaba bien.
Me desesperó esa escena. Un hombre accidentado y el otro desde su auto, con el mero gesto compasivo de bajar su ventana (pensé en un automac)preguntándole al accidentado si estaba bien.
Empecé a tocarle el claxon para que se bajara o al menos se moviera. Entonces se movió. En mi papel protagónico de héroe me estacione delante del accidente y me baje corriendo al coche destrozado.
Imagen:No hubo sangre pero había un señor clavado en el volante gimiendo.
Le abro el seguro del coche para sacarlo, pero luego recuerdo que talvez le hago más daño sí lo muevo.Le pregunto igual de idiota que el del coche azul: ¿está bien? responde: una ambulancia.
Busco mi celular en mis bolsillos y nada. Voy a mi coche y nada. Olvide mi celular y era la primera vez en la vida que el aparatejo iba a servir para algo distinto que mantener mi estatus social.
Recuerdo cómo lo deje cargando en mi casa mientras veo como otras personas que también se han detenido ya están marcando por sus respectivos teléfonos. Adiós héroe.
Mientras me alejo recuerdo el evento. Recuerdo la imagen dónde parece que el conductor se distrae, se duerme y se estrella. Recuerdo también como yo justo venía pensando en la muerte, en su incertidumbre, en el relleno que le ponemos a esa incertidumbre y en los rellenos posibles según las distintas lecturas del tiempo.
No creo que haya sido una coincidencia. Pienso en la muerte una vez al día, era muy probable que un accidente así sucediera algún día mientras yo cavilaba sobre el asunto.
Lo extraño, la coincidencia lo que me aterra y me emociona es que esa mañana yo había empezado a leer Journey to Ixtlan de Castaneda. Sólo alcance a leer tres hojas antes de dirigirme a casa de mi novia.
Esas tres hojas hablaban del brujo, el shaman y cómo éste adquiere sus poderes dándose cuenta que la realidad exterior es falsa. Yo pensaba en la muerte y en la irrealidad exterior.
De repente crash el coche de adelante se embarró.
Me rehuso a hacer preguntas sobre la conexión de estos eventos.
sábado, junio 05, 2004
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2 comentarios:
¿y cómo lo poco que morimos a diario no es pensado por nadie en alguna otra parte, creado coincidencia?
lola la sabia: el planteamiento de tu pregunta es taaan claro y taaaan profundo.... pero tan profundo, que no se que chingaos quieres decir.
javo: muy buena anecdota.
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