martes, diciembre 27, 2022

I Ésta es mi historia

 Si le prestas a alguien tu lenguaje para hacer plastilina, es como si hicieran Tai-chi con tu espíritu.


Lo que sucede es lenguaje. Ésta no sólo es mi historia, porque no me forje sólo -le debo a muchas personas (de muchas partes, nombres e ideologías) el haber llegado a este punto -donde me pone feliz escribir {porque a eso me dedico} y quiero conocerme, no sólo desde mi yo sino también como me ven los demás, conocer y reconocer a todos los con lo cuales he arribado a éste libro, baúl de recuerdos o cosa de memoria.

Primero mi familia

Quiero tanto a mi familia, que me gustaría narrar sus vida como si fueran la mía. Les digo, y se lo digo a todos en el mundo, hola yo soy tu y tu eres yo. Para que no parezca juicioso esté asunto sino más bien una serie de agradecimientos recuerdo que el orden de aparición no altera el producto. Así que recuerdo a mi hermano Jorge o Gorka con quien siempre me cuidé y recuerdo su clásico -si no es enchílame ésta- cuando por ejemplo te explica la teoría de Shroêdinger y siempre decía que primero hay que poner las cosas en peras y manzanas para que sea más fácil: así uno de los diría debe de haber una forma de predecir el movimiento de un partícula y luego entraríamos en un trance graciosísimo donde los dos no decimos nada nos vemos y entendemos todo. Luego recuerdo a mi madre Coro tan cariñosa, trabajadora e inteligente como pocas personas pueden ser, por ella estoy educado y tengo muy en alto mis valores. Luego viene la parte cómica-trágica de mi historia: tuve un Tío-Papá que me dijo si no estudias en la Universidad Nacional Autónoma de México no comes- y  hay voy yo (chico normal de Polanco de escuela privada a enfrentar todas las dificultades de conocer y liarse con la educación gratuita) así que como mi  Tío-Papá tenía una imprenta, entre otras razones- otra Andrea y los libros que leí y otra aventarme a hacer lo que que más me gusta estudié Lengua y literatura Inglesas en la UNAM. 

    Con constancia aparecen mis primos y mi abuela y tía abuela, a mi primo Iñaki le debo el valor del trabajo. sé que es un gran arquitecto y admiro mucho sus anti-antropomorfismos con departamentos, luego viene mi prima Gaby con la cual aprendí el respeto que merecen las mujeres y con mi prima Maite el valor del cuidado personal. Si les escribiera un poema conjunto escribiría algo así como : Aquí estoy con los míos, platiquemos asi verán como mejoramos al mundo entero.

No puedes venderle tu alma al diablo porque es eterna.

 No se porque aprendo lo que aprendo y de quien lo aprendo pero el chiste es que algo se pega. Por aquí también aparece la señora que cocinaba siempre en mi cas y su hijo Ricardo, con quienes descubrí el valor del servicio y recientemente pasé Navidad con ellos. 

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