lunes, enero 03, 2005

Fue año nuevo.

El éxtasis vino desde un día antes,
su conclusión, la arena sobre la piel.
El día de año nuevo, fogata; el fuego se quema hacia el cielo.
Dando brincos de alegría, brincar cantando.
Jugando con la arena de encima otros cuerpos se mueven.
Energía: bailando los brazos suenan.
Se abrió el tercer ojo.
Mañana siempre es ahora.
No pudiste meter una cruz en una pirámide.
Esa mujer con el arete en la nariz
te robó tus alas.
Podías llegar a donde fuera, lo descubriste la noche anterior.
Leíste un libro en esos 9 días.
¿Recuerdas? La diferencia entre un brote sicótico, patología, y la experiencia mística es la manera en que el sujeto transforma y traduce su experiencia. El primero permanece en la regresión narcisista, la segunda desecha todo aquello podrido de su yo. Reformándose en las bases que anteriormente había creado.
Y no, no te iban a matar. Todo era lo que proyectabas.
Y sí, si llegaste al cielo. Pero ni te acuerdas.
Respiras. Y respiras. Pero tus alas se las llevaron para siempre.
Nunca sabrás si el mar se estaba abriendo, el caso es que te dio miedo perderte.
Ra te robo el chacra sexual por ególatra, por andar jugando con monitos, obligándolos a perseguir tu psique.
Ya no vas a dejar de creer. Posibilidad extiende las manos, los brazos, cierra los ojos y enfoca la frente:
El espacio, los negativos invertidos, ya vienen llegando.
Llegaste y tu madre te hizo tirar unas runas.
Salió Odin. El vacío, principio y fin.
Via canto todo cambia
Via canto todo cambia
Via canto todo cambia
Más de lo que esperabas, pues nada esperabas (un recuerdo para aquellos que dijeron que eso no podía hacerse)
Y el nombre de tu padre siempre fue muerte.
Eso nadie lo sabía. Talvez sólo el viejo de blanco que te vio tres veces.
Augurios, duele la cabeza, duele. Pero quien sabe porqué el futuro es prometedor.








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